Abel prometía a cada nuevo amor, amor eterno. Siempre lo hizo en cada tarde de amor, y se prodigaba mañana y noche.
Sólo fueron felices aquellas que lo amaron sin hacer muchas preguntas. Las respuestas de amor siempre fueron enemigas de las verdades del amor.
Aún hoy, Abel las sigue amando a todas en silencio, a pesar de su tiempo y de su amor cada vez más agujereado.
Sólo fueron felices aquellas que lo amaron sin hacer muchas preguntas. Las respuestas de amor siempre fueron enemigas de las verdades del amor.
Aún hoy, Abel las sigue amando a todas en silencio, a pesar de su tiempo y de su amor cada vez más agujereado.
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