jueves, 2 de octubre de 2008

DEL TRANSPORTE


Cuando la ciudad completó su sistema de transporte masivo, los choferes se fueron de vacaciones. La profesión de chofer, perdió su norte, su razón de ser, su afán.

Todos respiramos como en una atmósfera marciana. Al fin los choferes comprendieron lo que era la tranquilidad. El pueblo nunca volvió a saber de afanes, ni carreras, ni de cuentos. Hoy la profesión de chofer hace parte de nuestra prehistoria.

Lástima que aún queden poblaciones con choferes. Hace muchos años, que sólo exportamos conductores de transporte masivo.

Hoy en Bogotá, no lo podemos creer.



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