domingo, 28 de diciembre de 2008

MARTÍN y MENTIR


Desde muy niño MARTÍN se acostumbró a mentir. Mentía de día y mentía de noche. Aun cuando se trató de instruirle en la importancia de la verdad, MARTÍN semejaba no entender razones. Parecía no contar entre su herencia biológica con el el gen de la verdad. Sus padres se acostrumbraron a no creerle una palabra. 

Mintió en la escuela, en el parque, en la iglesia, y en el pueblo. Se le llegó a catalogar como el mentiroso del pueblo. Tanto mintió que en el pueblo nadie volvió a dirigirle la palabra. Martín aprendió la lección.   

Hoy todo el pueblo le cree, porque se ha trasladado de pueblo.  


1 comentario:

Felipe Calvo Cepeda dijo...

Jejeje.
Muy bueno.
(Mentiroso!)
=D


http://pasaralanacho.blogspot.com